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El guardián del último faro

  • Foto del escritor: Miguel angel Paz
    Miguel angel Paz
  • 21 jun
  • 1 Min. de lectura

En el fin del mundo, donde los mapas se detienen y el viento habla en idiomas antiguos, hay un faro que no alumbra barcos… sino almas. Cada noche, su luz gira hacia el cielo, buscando viajeros extraviados entre dimensiones.

Su guardián, un anciano llamado Elión, no envejece. Nadie sabe desde cuándo está allí, ni por qué su barba brilla con polvo de estrellas. Dicen que fue el primer hombre que soñó con volver a casa después de la muerte.

Una noche, una niña naufragó en una embarcación de papel. Elión la encontró en la costa, temblando. No le preguntó nada. Solo le ofreció abrigo y le dejó tocar el cristal del faro. Al hacerlo, la niña recordó quién era: una viajera de mundos olvidados. Desapareció entre luz y silencio.

Elión sonrió. Otro alma había encontrado el camino.

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