La biblioteca que sólo aparecía de madrugada

Dicen que en un barrio perdido entre la niebla, hay una biblioteca que solo abre sus puertas entre las 3:03 y las 3:33 de la madrugada. No tiene nombre, ni bibliotecario, ni orden en sus estantes. Pero cada visitante encuentra exactamente el libro que necesita, aunque nunca lo haya buscado.

Mireya, una joven con insomnio crónico, tropezó con ella una noche en la que la tristeza no la dejaba dormir. Entró, y el primer libro que tocó tenía escrito su nombre. Dentro, estaban todas sus cartas no enviadas, sus ideas no dichas, sus versiones posibles.

Desde entonces, Mireya regresa cada vez que pierde el rumbo. Porque en esa biblioteca, comprendió que a veces los libros no nos dan respuestas, pero nos devuelven el alma.